Primeras impresiones

PRIMERAS IMPRESIONES

               Más de una vez hemos juzgado a alguien por la primera impresión que ofrecen, juzgamos un libro por su portada sin siquiera intentar abrirlo. Yo he llegado nueva este año al colegio y os puedo asegurar que la mayoría de mis primeras impresiones sobre la gente fueron totalmente erróneas; las personas a las que más tímidas veía resultaron ser la más divertidas; las que parecían más antipáticas, al conocerlas, me di cuenta de que podían ser las personas más comprensivas que puedas encontrar en todo el colegio; y así con muchísimos casos más.
              Nuestra sociedad se rige por los prejuicios y primeras impresiones, éstas nos infunden una idea equivocada de cómo es una persona y si nuestro prejuicio es malo ni nos molestamos en conocerla. Y aunque también se puede dar el caso de que alguien resulte ser una persona horrible a pesar de parecer lo contrario, hoy en día no nos molestamos en conocer a alguien si es distinto a nosotros.
              Influyen también, los cánones de belleza de cada época: si esa persona no es alt@, guap@ o incluso popular ni nos molestamos en acercarnos. La sociedad nos dice cómo tenemos que vestir, cuánto tenemos que pesar... pero no nos han enseñado lo que de verdad importa: ser nosotros mismos sin que nadie nos diga como tenemos que ser, porque en el momento en el que hacemos lo que nos dicen que  tenemos que hacer con nuestra vida, ésta deja de ser nuestra. Alguien me dijo una vez que nuestra libertad acaba donde empieza la de los demás y si nuestra libertad implica herir a los demás por nuestros primeros juicios o impresiones, entonces la libertad no puede ser buena.
             Así que aquí va mi reflexión: cuando conozcas a alguien olvídate de los supuestos defectos que pueda tener esa persona y esfuérzate por conocerla mejor. No te fíes de las primeras impresiones porque puedes llevarte una sorpresa. Pero lo más importante de todo: respeta a la gente y respeta cómo son; al fin y al cabo todos somos personas y todos nos merecemos una oportunidad; y, a veces, una segunda.





Lucía León

Comentarios