JULEN, EL NIÑO QUE CAYÓ AL POZO
Hace más de una semana que el
pequeño Julen cayó a un pozo de Totalán, en Málaga.
Eran las dos
de la tarde del domingo 13 de enero cuando la
familia de Julen se
encontraba preparando una paella en una finca sin urbanizar y en la que se
habían acometido una serie de obras. La madre del pequeño estaba pendiente del
niño pero recibió una llamada a su teléfono móvil y le dejó al cargo a José, su
padre. Éste se puso a preparar el fuego del arroz y perdió la vista a Julen
durante apenas unos segundos que fueron fatales.
El niño
había salido corriendo y cuando su padre alzó la mirada vio cómo caía en un
pozo, a unos 12 metros de donde se encontraba su padre. Las obras que se habían
realizado en la finca los días previos habían hecho que la piedra con la que el
pocero había sellado el agujero se moviese y dejase el orificio al aire.
Tanto el
agujero por el que el pequeño ha caído, muy estrecho y profundo, como el terreno
dificultan cualquier actuación de rescate rápida y segura a la vez. Se han
barajado múltiples opciones y ejecutado las más idóneas, pero han ido surgiendo
dificultades.
Se eliminó
el rescate del niño a través del propio pozo, al comprobar que a 70 metros de
profundidad un tapón de tierra impedía avanzar los 30 metros que quedaban hasta
el fondo,
La solución
elegida fue la perforación de un túnel vertical, paralelo al pozo y a cuatro
metros de distancia, que descendiera hasta los 60 metros bajo tierra. Una vez
finalizada entrarían en acción los efectivos de la Brigada
de Salvamento Minero de Hunosa.
Este miércoles prosiguen las labores
de rescate para
encontrar a Julen.
Más de trescientas personas, en turnos, día y noche, continúan los trabajos sin
descanso para sacar al niño del
pozo, coordinados por el ingeniero de Caminos Ángel García, quien
anoche, en su última comparecencia, afirmaba: «Cada vez sentimos que estamos
más cerca de Julen».
Los mineros y bomberos bajarán por el túnel en una jaula creada para esta ocasión y trabajarán en la galería en condiciones
extremas por la falta de espacio, luz y oxígeno, con herramientas manuales y la
posibilidad de tener que hacer microvoladuras, según la dureza del material que
vayan encontrando. Todo lo que haga falta para sacar a Julen del pozo.
ANA OCAÑA
ÁNGELA GARCÍA
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