¿Educación?



¿EDUCACIÓN?
Desde pequeños nos enseñan lo “mejor” para nosotros. Aspirar a ser el modelo impecable y casi perfecto aceptado por la sociedad. Adquirir unos conocimientos en un tiempo limitado para escupirlos en un papel de la mejor manera posible para que, inevitablemente acaben formando parte de la montaña de cosas inútiles y olvidadas que con el paso de los años va creciendo. Te acaban convenciendo de que al menos 2 años de tu vida van a resumirse en estudiar y tener los resultados necesarios para poder estudiar lo que de verdad te gusta o entrar en una “buena universidad” sin pensar que, esos dos años se irán (junto a la gran parte de folios subrayados de los que te examinas a final de cada año) a esa montaña de la que hablaba antes. Que tu futuro va a depender de una nota, de un número escrito sobre un papel. Un simple número que te puede hacer sentir igual de inteligente que inútil. Pero todo esto no tiene solución; o al menos yo no la sé. Por lo que no queda más remedio que seguir siendo esclavos de esta sociedad que cada día vamos construyendo uno a uno y de la que tanto nos quejamos sin mover un dedo para cambiarla.

Lucía Ocaña Gámiz 

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