Adiós a Stephen Hawking

La pérdida irreparable de Stephen Hawking a sus 76 años nos deja un profundo vacío y un sentimiento profundo de agradecimiento.

Stephen Hawking sufría, como todos sabemos una enfermedad neurodegenerativa la cual había inmovilizado prácticamente la totalidad de su cuerpo, pese a esta severa discapacidad, cuyos primeros indicios aparecieron cuando él tenía tan solo  21 años, ha logrado desarrollar una carrera científica que lo coloca entre las mentes más brillantes de la historia.

Él mismo declaró que el amor de su primera esposa, el incentivo intelectual que supuso conocer al físico Roger Penrose y el aspecto de su personalidad rebelde fueron los que mantuvieron la esperanza, socavada por su enfermedad.

Los aspectos más importantes en los que trabajó, nos acercaron a la explicación del origen del Universo y principalmente de los agujeros negros.

Por lo que Hawking pasará a la historia por su trabajo sobre los agujeros negros y por intentar unificar las dos grandes teorías de la física del siglo XX, la de la relatividad y la de la mecánica cuántica.

Desde hace casi treinta años, Hawking se comunica con el exterior a través de un ordenador integrado a su silla de ruedas y un programa especializado que produce las frases emitidas por un sintetizador de voz.

Lo que pocos conocen es que este científico ha sido un gran defensor de la sanidad pública y ha apostado por la inversión en investigación científica.

En su última entrevista añadió:
«El futuro de la humanidad y de la vida en la Tierra es muy incierto. Estamos en peligro de destruirnos a nosotros mismos por nuestra codicia y estupidez».
Aunque él ya no se encuentre entre nosotros su capacidad de superación, su valentía, y su legado matemático mantendrán vivo su recuerdo.

Solo podemos darle gracias por haberse preguntado un día: ¿cómo se originó el universo?




Isabel Moreno 1º Bachillerato B

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