La belleza de las lágrimas
Siempre me han dicho que no hay
nada más bonito que una buena sonrisa.
Pues, ¿sabes qué? Es mentira.
Lamento decirte que llevas toda tu vida siendo engañado por los estereotipos,
aunque creo que eso ya lo sabes.
No hay nada más bonito que las
lágrimas.
¿Por qué? Simple, expresan tantas
emociones distintas que soy incapaz de enumerarlas todas, ya que nunca
acabaría.
Y dirás, “Pues no es tan difícil,
¿no? Lágrimas de felicidad y lágrimas de tristeza.
Te has vuelto a equivocar, y
mucho.
Es más, te voy a pedir un favor,
deja de ponerle nombre a los sentimientos. Cada persona sufre los suyos de una
forma diferente, y ahí es donde entrarían las lágrimas.
Son la máxima expresión de un
sentimiento.
Puedes llorar cuando se muere un
ser querido y también cuando lo ves después de mucho tiempo.
Curioso, ¿eh? Pero no solo eso.
Puedes llorar al ver que en una
película el director mata a tu personaje favorito, o al leer un libro y donde
al autor le de por imitar al anterior director (se ve que los artistas tienen
complejo de asesinos), puedes llorar al caerte al suelo, al oír un buen chiste,
al aprobar ese examen que dabas por perdido, al romperte el corazón, al no
poder hacer nada ante una injusticia…
Tus lágrimas tienen miles de
motivos para hacerse notar, y aún así tú te empeñas en esconderlas e insistes
en que son para débiles.
¿Quién es más valiente, el que
llora ante todos o el que oculta sus sentimientos?
Adelante, llora y muéstrale al
mundo tus lágrimas.
Que piensen lo que quieran, y si se ríen, al menos llorarán de
risa, ¿no?
Paula Bravo Almazán
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